Waking at dawn, I leapt down the corridor, barefoot, to the garden,
and kissed the plants.
Lying on the grass,
I inhaled the earth’s fresh dew.
In the greenery-garlanded fountain,
I combed my damp hair, perfuming my hands
with jasmine nectar.
Finicky herons filched golden crumbs from my lap.
In iridescent array,
more gossamer than gauze,
I, in one bound, transported my chair to the porch.
My eyes were fixed on the iron gate,
my eyes were fixed.
I looked at my watch, ten in the morning.
Inside, the din of crockery, the clink of glass,
the starching of tablecloths in the dim dining room.
Outside, the sun blazed on the marble staircase,
like no sun I had ever seen.
My eyes were fixed on the iron gate,
my eyes were fixed,
longing for you.
Sábado
Me levanté temprano y anduve descalza
por los corredores: bajé a los jardines
y besé las plantas
absorbí los vahos limpios de la tierra,
tirada en la grama;
me bañé en la fuente que verdes achiras
circundan. Más tarde, mojados de agua
peiné mis cabellos. Perfumé las manos
con zumo oloroso de diamelas. Garzas
quisquillosas, finas,
de mi falda hurtaron doradas migajas.
Luego puse traje de clarín más leve
que la misma gasa.
De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo
mi sillón de paja.
Fijos en la verja mis ojos quedaron,
fijos en la verja.
El reloj me dijo: diez de la mañana.
Adentro un sonido de loza y cristales:
comedor en sombra; manos que aprestaban
manteles.
Afuera, sol como no he visto
sobre el mármol blanco de la escalinata.
Fijos en la verja siguieron mis ojos,
fijos. Te esperaba.
Poetic Voices
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