El jardín de las delicias
érase una vez un jardín
o algo parecido a un jardín
donde la noche ocurría
sin ser vista
diríase un prólogo
de flores doradas
a un otoño
sin escritura
se sucederán los días de las niñas rojas
en sus canastas había un tintero
la muerte les puso pena sin despertarlas
cosas raras
de nunca amar
así es el sur
así el estilo de la ternura
Algo nunca visto
como cuando se dice a alguien
no te despiertes de mí
no me prohíbas
con tu razón traidora
y a bordo de un velero azul
aparecen de pronto
varias figuras retóricas
la anáfora de un beso
la catacresis de un llanto
y una linterna mágica
alumbra
la sinfonía del mundo
oro mudo
en la noche del pájaro
Siguiendo un fuego
ahora
si puede decirse ahora
para esto
que siempre está pasando y vino
y encenderá la luz
detrás de cuál imagen
vos
contra un paisaje
cada vez en su temblor
eternamente mi ciudad
que todavía no se supo
y sin embargo estoy cantando
a ese camino que me abrís
encandilada
como una oscuridad
en otra oscuridad
Monólogo interior
¿cosa busca la noche
cuando aquí prolifera
tu ausencia más palpable
y yo me quedo en vano
cada vez hacia nadie
eco de qué mármol
de qué aurora
luz de sombra de tu luz
que me naciera
o alegoría del oído
esa campana
repicando
por todo paisaje?
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