DNA
The boy has never seen his father sleep
but he sleeps in his same awkward position—
lying on his side, arms stretched to the back,
hands interlaced, at ease in his dreams.
Struggling with the fragments of an eight-piece puzzle,
the sounds he makes are the same I heard years ago
each time his moody father tried fixing the toilet, a sink,
the axolotl´s aquarium—in vain.
I remember him sitting on the floor of the house we´d built
staring at the morning sky without a blink,
or lying in bed, his stubborn gaze glued to the ceiling
as if stories would be told there all day long.
I wanted to have a child, I said, to have him twice
for me, to feel him grow inside myself, from myself,
to have another version of the man I loved,
defenceless upon my breast.
Multiplying cells ad infinitum, repeating patterns, gliding
into one or two unpredictable errors, his kindred
occurred within me, displacing my soul´s spotlights
without permission, revolving the scenery of life
from self-absorption to Disney lullabies and pacifiers.
Now, as I watch my child carefully putting
one plastic dinosaur after another, I remember
his father saying that from his childhood games
making endless columns of grey lead soldiers
was among all his favourite.
And I wonder if extravagant sleep positions,
row-obsessiveness, and that odd amphibian fondness,
are things his DNA has delivered to my son,
or if maybe it´s not heredity, but God
doing this for me—making the child act just like his father
so that, in a way, he´s still with me.
ADN
El niño nunca ha visto dormir a su padre
pero duerme en la misma posición incómoda que él,
apoyado en un costado, los brazos estirados para atrás,
las manos entrelazadas, como un faquir.
Empeñado en armar un rompecabezas de ocho piezas
los ruidos que hace son los mismos que escuché hace años
cada vez que su padre destemplado intentaba arreglar
el inodoro, la pileta o el acuario del ajolote, en vano.
Lo recuerdo sentado en el piso de la casa que hicimos juntos
mirando el cielo de la mañana sin parpadear,
o acostado en la cama, adheridos los ojos a una pared,
como si ahí habitara el ectoplasma que lo visitó una vez.
Quería tener un hijo, le dije, para tenerlo a él dos veces,
para sentirlo crecer de mí, dentro de mí, para tener otra versión
del hombre amado, indefenso sobre mi pecho.
Al fin su estirpe ocurrió en mí, multiplicando
células infinitas, repitiendo patrones,
cayendo en uno o dos errores imprevisibles,
modificando los acentos de mi alma sin permiso,
reemplazando un decorado austero
por tiras bordadas, pañales, noches en vela.
Ahora, veo a mi niño poner interminablemente
un dinosaurio plástico tras otro, y recuerdo a su padre
cuando decía que encolumnar soldaditos de plomo
era de todos los juegos de infancia su preferido.
Y me pregunto si las extravagantes posiciones de dormir,
la obsesión con las filas y esa extraña afinidad por los anfibios,
son cosas que su ADN transmitió a mi hijo,
o si no son las leyes hereditarias, sino Dios
haciendo esto por mí: que el niño sea como su padre
para que, así, él aún esté conmigo.
Jigsaw Puzzle
The pieces are in front of me over this wooden table,
scattered forgotten sea shells on a rainy day,
nonsensical in their arbitrary arrangement,
laughing at me with irreverent pride.
A number so large no box could carry them—
some small as an ovum, others heavy as seas,
water images, forests, darknesses—And not one can be taken back.
They multiply every second,
leave the places where I need to see them,
shout for attention if I look away.
The puzzle´s in my dreams, and my dreams are in it:
there´s no waking up to relief, no restful sleep, no
difference between night and day. Images
glued to my eyelids with fire, with agony,
with love—Mother holding me on a park bench,
my first day of school, a picnic by a river
where stones seemed covered by wool.
How can you be the same one I can´t bear now, Mother,
the same one I ran to with open arms on a Peruvian beach?
Are you what I see and nothing else, or is there more to you
than the words I despair to find and never do?
Why this unending table of blame between us?
And, tell me: have your eyes always been sad,
or is it only me needing your arms around me?
I fit two pieces together, and then a third.
but in the meantime the others reproduce like cancer cells,
overflow the table, copulate in the air before me.
As it´s been, it will be—
I´m tied by memories to this chair
and only when all´s puzzled out will I be set free,
move out of this dark house,
go back to that Sunday when we laughed together
and fear still didn´t own my heart.
If we could only rewrite our story, Mother.
If you could help me unravel the mess
from which I´ve been made. But you´re farther away
than the means I use to reach you—
Inch by inch you approach your death
and I find no language good enough to hold us both.
Rompecabezas
Veo las piezas en esta mesa de madera
desparramadas como caracoles marinos olvidados un día de lluvia,
sin sentido en su disposición arbitraria,
riéndose de mí irreverentes.
Tantas que ninguna caja alcanzaría—
pequeñas como óvulos algunas; otras, pesadas como el mar.
Imágenes de agua, bosques, oscuridades—Ninguna puede ser devuelta.
Se multiplican cada segundo,
abandonan los lugares donde necesito verlas,
claman por atención si me distraigo.
El rompecabezas está en mis sueños, mis sueños en él:
no hay despertar al alivio, descanso reparador, diferencia entre noche y día.
Imágenes adheridas a mis párpados con fuego, con agonía, con amor—
mi madre alzándome en un banco de plaza,
el primer día de escuela,
un picnic junto a un río de piedras cubiertas de lana.
¿Cómo puedes ser la misma ahora, Madre,
la misma hacia quien corrí con brazos abiertos en una playa del Perú?
¿Eres sólo lo que veo, o hay algo más en ti
que las palabras que desespero por encontrar?
¿Por qué esta inagotable mesa plena de culpa entre nosotras?
Y, dime: ¿acaso tus ojos siempre han sido tristes,
o es sólo mi mirada reclamando tu regazo?
Encajo dos piezas y luego una tercera,
pero las otras se reproducen cual células malignas,
desbordan la mesa, copulan en el aire sin vergüenza.
Como ha sido, será—
Estoy atada con recuerdos a esta silla,
sólo cuando todo encuentre su lugar estaré en libertad,
podré salir de esta casa oscura,
volver a ese domingo cuando reíamos juntas
y el miedo aún no alimentaba mi alma.
¡Si pudiéramos volver a escribir la historia, Madre!
¡Si pudieras ayudarme a descifrar el barro del que nací!
Pero estás más allá de las manos que tengo para alcanzarte—
Centímetro a centímetro te acercas a tu muerte
y yo no hallo un lenguaje que baste para las dos.
Enemies Outside
Soft is his skin
but softer his soul.
How can he flee
the claws of a tiger
if the grass in the prairie
scratches his knees?
How can he survive killing deer
if the warmth of the earth
burns his feet when he walks?
No claws, no fur, no flight.
No horns, no speed, no shell.
Only a brain.
One thousand four hundred grams
and a whole universe will be born.
Stonehenge and Athens.
Jerusalem, Armenia and Sarajevo.
But it´s still too soon—time´s only begun.
In a cave he has made warm
a bison´s drawn on the wall.
A soft tune comes from the shadows,
words yet to be born.
Meanwhile, by the fire
a dog has decided to sleep.
Enemigos Afuera
¿Cómo escapar
de las garras del tigre
si la hierba del prado
lastima su piel?
¿Cómo seguir la caza del ciervo
si el calor de la tierra
quema sus pies al andar?
No tiene garras, ni pelaje, ni cuernos.
Carece de gracia, armadura, vuelo.
Sólo un cerebro.
Mil cuatrocientos gramos
alumbrarán un universo entero.
Stonehenge y Atenas.
Jerusalén, Armenia y Sarajevo.
Pero todavía es pronto: el tiempo acaba de empezar.
En la cueva que él ha calentado
hay un bisonte trazado en la pared.
Una melodía suave viene de las sombras,
las palabras aún están por nacer.
Mientras tanto, junto al fuego,
un perro decide dormir.
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