Tienda de abalorios
por María Mercedes Di Benedetto
Se denomina abalorios a diversos tipos de elementos confeccionados en múltiples formas, materiales, colores, diseños y calidades. Las más de las veces, sirven sólo como ornamentación carente de valor. Así pretende ser mi columna en el prestigioso edificio cultural de Interlitq: una oferta de temas varios sin pretensiones filosóficas ni literarias, una simple tienda de abalorios y palabras.
- SUBTERRÁNEOS DE BUENOS AIRES: POSTALES DE UN OTROMUNDO SUMERGIDO
“Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir. Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o se ignoran.
El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros.”
(El jardín de senderos que se bifurcan, Jorge Luis Borges)
LÍNEA A
Buenos Aires a comienzos del siglo veinte. Una ciudad cosmopolita con un importante progreso urbano, en la que ya funcionaban el tranvía y el alumbrado eléctricos. Desplegando todas sus galas se convertía en la Reina del Plata y con la inauguración de la línea A construida por la Compañía Anglo, Argentina se constituía en el primer país de Sudamérica en poseer un transporte subterráneo.
En su viaje inaugural participaron autoridades nacionales y comunales y un total de cien mil personas. Con vagones adquiridos en Bélgica, cada uno de los cuales medía 16 metros de largo, el subterráneo alcanzaba una velocidad de 45 km. por hora.
El recorrido inicial se desarrolló entre las plazas De Mayo y 11 de Septiembre, y se prolongaría luego hasta la estación Primera Junta.
LA PREHISTORIA
Antes de aquel 21 de diciembre de 1909, fecha en que la Compañía Anglo Argentina fue autorizada a construir y a explotar lo que hoy es la Línea A, hubo otros intentos. En mayo de 1898, el Honorable Concejo Deliberante otorga la primera concesión, y un año después, el 16 de noviembre de 1899, el Congreso Nacional sanciona la ley que concede al señor Carlos Bright el permiso para establecer dos líneas subterráneas en la ciudad de Buenos Aires.
La construcción comienza con la apertura de los túneles por las avenidas Rivadavia y De Mayo. Sobreviene el desastre. Una serie de derrumbes deja una gran cantidad de muertos, en su mayoría inmigrantes polacos sin familia. Las excavaciones continúan pero el terreno en la zona no es muy firme e insiste en desmoronarse, por lo que las restantes obras prosiguen a cielo abierto a fin de evitar la pérdida de vidas humanas. La tierra extraída es destinada a rellenar las zonas bajas de Flores y de la avenida Vélez Sarsfield.
Tiempos de hambre y sacrificio para los menos afortunados, mientras las clases pudientes brindan en copas de cristal por las ilusiones progresistas del Centenario.
APUNTES DE VIAJE
Hay un subterráneo más allá del fragor de los días hábiles, más acá del enjambre de relojes y pasos.
Ese otro subterráneo existe cuando uno se deja seducir por la magia y se abandona en ese asiento preciso, aquel que se enfrenta a la ventanilla primera, o al vidrio final. Los ruidos traen viejos miedos de la mano, cucos y trenes fantasmas, andenes súbitos, raudas luces que pasan mientras pestañeamos. Y de pronto todo vira otra vez hacia una curva más oscura, más terrible, y luego hacia otra, y hacia otra más.
Desde todos los ángulos puede oírse la respiración de las chispas, los cables, lo eléctrico, la peligrosidad de los laterales.
Los subtes, ese túnel del tiempo, ese cordón umbilical que une los pedazos de un universo fragmentado.
Las vías paralelas se unen en el infinito, por debajo de ese otro infinito multiforme que es Buenos Aires.
MÁS SOBRE LA LÍNEA A
El 1° de diciembre de 1913 se inaugura la primera línea de subterráneos. En el teatro de revistas, el capocómico Pepe Arias canta, aprovechando la novedad:
En Buenos Aires se ha abierto un caño
por ese caño pasa un tranvía
y así sucede este caso extraño
de ir para casa…¡en subterráneo!
Los detalles de terminación, iluminación, ventilación y estética fueron cuidadosamente elaborados, utilizando un código cromático para cada Estación. Las guardas de azulejos variaban sus colores a fin de que aquellas personas que no supiesen leer (el analfabetismo para entonces rondaba el 50% de la población) pudieran ubicar de manera sencilla su lugar de destino. El orden se repite en forma secuencial: ocre, verde oscuro, gris, azul oscuro, violeta, verde claro, marrón, azul claro, para volver a iniciar la serie con el color ocre.
Publicidades de la época nos tientan a beber un vaso de Ferroquina Bisleri “el aperitivo higiénico reconstituyente de la sangre”, o a paladear las pastillas contra la tos “Gotas de Oro”. Los afiches nos ofrecen una taza de reconfortante Té Néctar o nos incitan a fumar, mientras esperamos en el andén, un aromático cigarrillo Centenario…
APUNTES DE VIAJE
“Oh, la vida de la ciudad tiene un sabor agridulce”, Subway (Subterráneo), Bee Gees
Nos subimos en un punto de Buenos Aires cualquiera, y en lo que dura una canción de moda en el oído ya estamos en otro punto de la ciudad.
Aquí, los grandes shoppings, la ropa de marca, el whisky al caer el sol. De pronto, allá, la vergüenza de los niños que piden, el viejo que se cubre con cartones, el eco de cuando se compraba al fiado.
Una avenida de arboledas y palacetes, de cofias y doble apellido. Unos segundos bajo tierra y el sol te muestra un callejón de romerías, prostitutas y borrachos. Artistas callejeros, locos lindos.
Gente que viene de todos lados. O lo que es lo mismo, de ninguno.
Un juego dual de opuestos, de cielo y tierra, de fortuna y pecado, de amores y rencor. La obscenidad del derroche. La injusticia del plato vacío.
El subte es un puente gris tendido entre lo negro y lo blanco.
LÍNEA B
En 1930 la familia Lacroze, propietaria entonces de la gran Compañía de tranvías y del Ferrocarril Urquiza, decidió abrir su propia empresa de subterráneos. Esta segunda línea, hoy B o Lacroze, fue trazada por debajo de la calle Corrientes.
En el desarrollo de sus obras, alcanzó entre otros méritos el pasar bajo el Ferrocarril San Martín y a 400 metros bajo el arroyo Maldonado.
La construcción se inició en 1928 y en plena labor se produjo un hallazgo curioso: la excavación se topó (en la zona donde la calle Corrientes desciende hacia la ribera del río) con restos fósiles de un mamut que en la actualidad se exhibe en el museo de Ciencias Naturales, en la ciudad de La Plata.
En sus dos primeros días de recorrido viajaron por la línea B 380.000 pasajeros, repartidos en sus 32 coches iniciales. El servicio contaba con dos verdaderas innovaciones: la instalación de molinetes y las escaleras “rodantes” de las estaciones Agüero, Pueyrredón, Pasteur y Callao, que habían costado setenta mil pesos oro cada una.
LÍNEA C
Un millonario español, el Duque de Alba, decidió abrir una línea nueva, cuyo recorrido uniera las dos anteriores. La línea C fue inaugurada en noviembre de 1934 y su primer tren partió desde Constitución.
Algunas de sus estaciones fueron decoradas con mayólicas españolas fabricadas en Talavera y Sevilla ese mismo año: “Paisajes de España”, en la estación Lavalle, mostró el trabajo de los artistas Martín Noel y Manuel Escasany en el taller de Hijos de Ramos Rejano; en la estación Avenida de Mayo un magnífico mural, llegado desde Segovia, exhibía las dotes artesanas de los talleres de la familia Zuloaga.
APUNTES DE VIAJE
Que expliquen los sabios por qué las culturas deciden que los dioses infernales moren en el abajo.
Desde el antiguo Plutón, versión romana de su pariente griego Hades, pasando por los fuegos del Infierno cristiano hasta nuestras salamancas vernáculas, toda una geografía de socavones y honduras se vuelve, insistentemente, el habitual territorio de los lugartenientes de la Muerte y del Mal.
Será porque enterramos a quienes nos preceden en el viaje final, será porque en los laberintos acechan minotauros, el caso es que los héroes de los mitos se prueban a sí mismos emprendiendo un descenso a las profundidades, y el abajo entonces es casi como un adentro que nos mira.
Lo oscuro, lo ilimitado, el útero, la tumba, lo maléfico, el inconsciente, la búsqueda. Todo está bajo la tierra.
Hasta los subtes.
LÍNEAS D Y E
La línea D fue construida, al igual que la C, por el Duque de Alba, quien continuó con la importación de murales de mayólicas, pero luego la Guerra Civil Española dificultó la provisión de estos materiales y se recurrió a la fábrica argentina Cattáneo.
El subsuelo del Obelisco mereció un tratamiento especial, ya que por allí debían pasar las líneas B y D. Por este motivo se construyó como sostén una plataforma de hormigón de un metro y medio de grosor. La línea E se inauguró en 1966; su recorrido unía la estación Bolívar (Plaza de Mayo) con San José, siendo prolongada más tarde.
Los vehículos de las líneas B, C, D y E eran de origen alemán, idénticos a los del subterráneo de la ciudad de Berlín. Los asientos esterillados, a causa del uso y el paso del tiempo, debieron ser reemplazados luego por otros materiales más resistentes.
La línea H -salteando las inexistentes G y F- fue inaugurada en 2007. Probablemente sus historias estén escribiéndose en este preciso momento, para futuro deleite de investigadores y poetas.
APUNTES DE VIAJE
Puertas. Los subterráneos de Buenos Aires encierran inquietantes puertas, embutidas en extraños pasadizos. Las custodian carteles que nos vedan la posibilidad de develar el misterio. Su prohibición de entrar recuerda a aquellas del terrorífico Barba Azul, o a esas otras puertas de los cuentos que no deben abrirse jamás.
¿Qué ocultan las sorpresivas puertas, algunas selladas por candados, otras por cadenas? ¿Adónde comunican, por dónde nos llevan? Un día, tal vez no muy lejano, la inquieta Pandora volverá para sucumbir a la tentación y abrirá todas las puertas a un tiempo.
Probablemente, ellas nos mostrarán un sin fin de pasadizos, túneles oscuros eternamente repetidos, cada uno con sus puertas en hilera, irremisiblemente cerradas.
FANTASMAS
En la calle, en las escaleras de Constitución, en el subterráneo, me parecieron familiares todas las caras. (El aleph, Jorge Luis Borges)
Por esos avatares del destino, marcadas en los mapas de recorrido con un medio círculo -en lugar del círculo completo que señaliza al resto de las estaciones de subterráneo- Pasco y Alberti son, extrañamente, ambas mitades de una hipotética y única estación.
Esta caprichosa geografía hace que cada una de ellas posea sólo un andén, recostados el uno sobre una margen de las vías y el otro en su orilla opuesta.
Como ya dijimos, los derrumbes en los primeros túneles habían dejado una gran cantidad de obreros trágicamente muertos, en su mayoría inmigrantes. Entre ellos, dos hombres de origen italiano. La empresa debía entregar la línea de subterráneos a tiempo para su inauguración, por lo que estas dos muertes son intencionalmente silenciadas.
Entre estas dos medias estaciones se cuenta que hay otra, fantasmal, a medio terminar, en la que se alcanza a distinguir a los dos obreros muertos, sentados en el andén con los pies en el aire. La luz suele apagarse en ese tramo, y en ese segundo, los pasajeros más sensibles pueden verlos, vivos ambos a pesar de sus siluetas translúcidas. Giuseppe y Leonardo, con las ropas llenas de polvo, con caras tristísimas, las miradas huecas de habitar un limbo sin resolución.
No son los únicos espíritus aferrados a una eternidad bajo tierra. Técnicos y empleados cuentan que en la media estación Alberti suele deambular el alma de una novia vestida de blanco, muerta al arrojarse a las ruedas luego de esperar en vano a su prometido en el altar de una iglesia cercana. También suele verse a un hombre calvo y alto que de pronto se esfuma en el aire frente a los asombrados pasajeros.
La próxima vez que suban a un transporte subterráneo, en cualquier ciudad del mundo, respiren profundo y sostengan la mirada…quizá si uno está alerta y es sensitivo, podrá ver los duendes de esa noche diminuta, esa noche para muñecas, esa oscuridad artificial. O tal vez algún espectro abandone el silencio y quiera acercarse para contar su historia…
A MODO DE EPÍLOGO
Un vidrio de ventanilla en el metro podía traerme la respuesta, dentro de un tiempo bajo tierra que un trayecto de estaciones dibuja y limita así, inapelablemente abajo.
Nadie puede saber si saldremos juntos, si yo bajaré primero o ese hombre flaco con un rollo de papeles, si la vieja de verde seguirá hasta el final, si esos niños bajarán ahora, mientras allá en el ángulo hay una muchacha que se instala para durar, para quedarse todavía muchas estaciones.
Los interminables pasillos de otras veces y las escaleras llevaban rápidamente a destino. A eso que en los medios de transporte también se llamaba destino.
(Manuscrito hallado en un bolsillo, Octaedro, Julio Cortázar)
María Mercedes Di Benedetto (Photo: Mauricio J. Flores)
Biografía
Argentina, egresada de la carrera de Guionista de Radio y Televisión (ISER), ha sido docente de esa casa de estudios y de institutos terciarios y universidades en las carreras de “Locución Integral”, “Producción y Dirección de Radio y Televisión” y “Guion de Radio y Televisión”. Durante 20 años fue docente en escuelas medias en Lengua y Literatura y en talleres literarios y de periodismo.
Especializada en la investigación del radiodrama en Argentina, lleva editados tres libros sobre el tema, el último en 2020, “HISTORIA DEL RADIOTEATRO NACIONAL”.
Autora y docente de ficción radial, recorre el país brindando seminarios y talleres sobre el tema, dirigidos a docentes y público en general, a través del Ministerio de Educación y de ARGENTORES. Sus obras se han emitido por radios nacionales e internacionales.
Ha recibido numerosos reconocimientos por sus obras teatrales y radiodramas; ganadora del Fomento INCAA con su documental de cuatro capítulos para televisión “Artesanos del aire / Historia del Radioteatro Nacional”. Obtuvo el 1er premio en la convocatoria 2004 para radioteatro del Centro Cultural R. Rojas de la Univ. de Buenos Aires UBA, además de cinco Premios Argentores a la Producción Autoral, ganadora también en 2020 en la convocatoria del Instituto Nacional del Teatro con su radiodrama sobre la vida de la soprano Regina Pacini.
Con un profesorado en Historia inconcluso, ha escrito más de cuarenta docudramas y obras de teatro para sus ciclos “Mujeres de la Historia Argentina” y “Hombres y Mujeres con historia”, presentados en diversas salas del país.
Su obra para niños “Las Hadas de la Tierra Encantada” ha salido en gira nacional abordando temas como la ecología y el cuidado del medioambiente. El elenco, convocado por la Secretaría de Medioambiente y por el Ministerio de Cultura de la Nación recorrió 23 provincias brindando funciones en forma gratuita para escuelas de todo el país.
Ha participado como expositora en diversos Congresos de literatura y de medios de comunicación y en Bienales internacionales de Radio, así también como Jurado y Tutora de Proyectos en certámenes nacionales de literatura y de Arte Joven. En septiembre 2022 integró con su ponencia el Symposium por los 100 años del Radiodrama Internacional organizado por la Universidad de Regensburg, Alemania.
En los últimos años ha presentado en Madrid obras para Microteatro: “Comer por amor”, “El día del huevo”, “Testamento” y “Viuda Negra”, con dirección de Marcelo Díaz.
Actualmente se desempeña como Secretaria del Consejo Profesional de Radio de ARGENTORES, Sociedad General de Autores de la Argentina.