Ignacio Montes de Oca
Tik Tok: la guerra comercial entre China y EEUU toca la puerta
La guerra de las aplicaciones entre EEUU y China llega a su momento de mayor tensión. La justicia norteamericana limitará desde el domingo la descarga y el uso de Tik Tok y el 12 de noviembre la daría de baja en su territorio.
Le sigue We Chat, la mega aplicación alternativa que es usada por la mayoría de las habitantes de China y por numerosos de sus emigrados en todo el mundo. En la mira del Departamento de Estado están otras aplicaciones como Baidu y AlíBaba. La lista va a crecer si China aplica represalias. De acuerdo a Mike Pompeo, EEUU está dispuesto a presentar batalla en la batalla por las aplicaciones. La pregunta es ¿Todo por una aplicación donde la gente baila y cuenta cuestiones menores? La respuesta, por supuesto, es mas compleja y apasionante.
EEUU afirma que estas aplicaciones recolectan y almacenan información que luego es usada por China con fines estratégicos. Por la misma razón bloqueó los productos Hawei y lo mismo está sucediendo en otros países como Gran Bretaña. Gustos, ubicaciones, datos personales y otra información “sensible”, dicen, va directo a los archivos chinos y ello constituye un insumo clave para planificar la conquista de mercados. Pero también tiene un valor estratégico crucial al reportar datos de ubicación de infraestructura clave, movimiento de personas de interés y, quizás, acceso no autorizado a textos, audios y videos de personal en empresas o estructuras políticas y militares. Que las Fuerzas Armadas hayan prohibido el uso de esa aplicación a su personal puede ser interpretado como paranoia o como la corroboración de un riesgo real.
En realidad, la medida tomada por EEUU es también una represalia a una medida anterior tomada por China, hace muchos años. Empezó luego de la Masacre de la Plaza de Tiananmen en junio de 1989. Si, cuando internet estaba en pañales
Luego de la revuelta China intensificó el control interno y cuando comenzó a difundirse el uso de redes sociales, puso en su mira a las aplicaciones occidentales con ideas “foráneas”. Facebook, Google y otras aplicaciones eran una ventana a Occidente y eso les resultaba peligroso. Fue entonces que aplicó las primeras medidas de censura. Pero el uso de VPN para ocultar datos del usuario, permitieron sortear los primeros ladrillos del ciber muro.
Por eso desde 1996 China implementó lo que denominó “El Escudo Dorado” que consiste en un programa de control y censura para todas las actividades de sus habitantes en las redes. se estima que el 55% de los 1,500 millones de chinos acceden a Internet. Un sistema de identificación de usuarios, permitió neutralizar el uso de las redes como disidencia y el arresto de los primeros usuarios que desafiaron las órdenes del Partido Comunista Chino.
En 2017, se aprobó una serie de leyes que además prohibieron el uso de VPN para eludir la identificación del usuario y controlaron la actividad de los programadores para impedir el uso de «puertas traseras» en las aplicaciones. La “muralla virtual china” se volvió un Muro Cibernético de Berlín.
La tercera fase fue la de expansión. Mientras sacaban de juego a la competencia, estimularon la creación de aplicaciones de reemplazo. Eso sucedió porque en el camino además descubrieron que si promocionaban el uso en otros países, accedían a una veta inmensa de datos económicos, demográficos y de consumo. Con esos datos, la penentracion comercial de facilitaba enormemente.
En su momento se justificaron diciendo que Facebook y otras empresas hacían lo mismo, obviando que se trataba de empresas privadas que no estaban sujetas al control de n partido político verticalista y hegemonista como el que rige en China. De hecho, China podía negociar con Google la entrega de datos como sucede en cualquier economía de mercado. Los ejecutivos de Google no podían siquiera pensar en sentarse con los funcionarios de Pekín para acceder a la información de los usuarios chinos.
Se entiende entonces porqué Trump desafió a ByteDance, la dueña de Tik Tok, para que vendiera la operación a una empresa norteamericana. Pero en las negociaciones descubrieron que los chinos intentaban retener el acceso a los datos. Acto seguido, se frustró la venta por una orden del Departamento de Estado.
Porque además hay una cuestión comercial. El bloqueo a las aplicaciones occidentales en China les niega unilateralmente el acceso al mercado mientras avanzaban con aplicaciones obteniendo ganancias en los mercados extranjeros
Facebook, Google, Instargam, YouTube y WhatsApp están prohibidos por las autoridades chinas. En lugar de ellas, patrocinaron el desarrollo de versiones locales en reemplazo y bajo estricta supervisión del servicio de vigilancia gubernamental.
Twitter fue reemplazado por Weiboo, la versión local. Instagram sobrevivió con problemas, pero desde que comenzaron las manifestaciones en Hong Kong, la ciberpolicia china la dejó funcionar, pero sin publicar…imágenes.
Google fue censurado y reemplazado en 1999 por el buscador Baidú, que incorpora tecnología del “escudo Dorado”. iQiy es la versión local de Netflix y YouKu de YouTube. En todas ellas, el Partido Comunista Chno tiene “observadores” y reglas estrictas de censura de contenidos
Y no se les perdió de vista el gigantesco mercado del E-commerce que en China movió en 2019 unos 637.000.000.000 dólares (si, la cifra está bien) Ver en https://www.linio.com.ar/sp/indice-ecommerce
Amazon tiene su versión en Pinduoduo, Taobao, TMall y JD. Incluso Pay Pal es desplazado por las locales AliPal y WeChat.
WeChat nació bajo el amapro estatal chino. Y es una aplicación que reemplaza en su país a Facebook, WhatsApp, PayPal, Tinder, Instagram y Uber. Y en paralelo hizo lo mismo para otras aplicaciones, como cuando apoyó a AliBaba ante la llegada de Amazon.
AlíBaba facturó el año pasado 48.000 millones de dólares. Si accede al mercado de e-commerce de U$S 504 mil millones de los EEUU con productos de menor costo, puede desplazar a empresas locales como Amazon con relativa facilidad. Pero Amazon se tuvo que ir de China el año pasado
Amazon, se retiró de China tras denunciar un ambiente de regulaciones y competencia imposibles. Por ejemplo, en el campo de la venta de E-Books no logró romper el cerco de la local TSmall amparada por el gobierno. Solo logró el 0,6% del mercado. China colmó así la paciencia de EEUU.
En resumen, China recibió una respuesta, muy tardía, a una decisión unilateral de prohibir el uso de aplicaciones occidentales en su territorio mientras tomaba por asalto los mercados del Poniente. Iba a suceder una confrontación tarde o temprano. Y sucedió mas tarde de lo que se anunciaba en los círculos de análisis occidentales como el Cato Institute, que desde hace una década alertaban sobre la presión acumulada en esta relación asimétrica.
Entonces, el “incidente Tik Tok” tiene un contexto mucho más complejo e interesante y muestra que el enfrentamiento entre China y EEUU es por algo más que dinero y mercados. Se trata de la información como insumo estratégico y conquista de mercados
La guerra de las aplicaciones es parte de otra más amplia y mucho más apasionante. Su resultado va a marcar el futuro político y económico del mundo. Las guerras no siempre se libran en campos de batalla. Ahora trascurren dentro de nuestros celulares y computadoras.
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